Cómo los influencers del sector moda pueden generar un impacto positivo en la sostenibilidad

Debido a los problemas medioambientales que estamos sufriendo, nos corresponde a todos asumir nuestra responsabilidad como individuos. Esto es especialmente importante en el caso de aquellos usuarios de las redes sociales que influyen en las decisiones de compra de los demás, como es el caso de muchos influencers. Los creadores de contenido desempeñan un papel muy importante en la forma en la que los consumidores compran, especialmente en el mundo de la moda, ya que el feed de Instagram de un influencer puede ser una gran fuente de inspiración y un lugar desde el que ofrecer a sus seguidores una forma de tomar decisiones informadas.

Afortunadamente, muchos de estos creadores de contenido de moda y belleza son conscientes del impacto que pueden tener en la sostenibilidad, para bien y para mal. Por ello, muchos creadores han decidido tomar decisiones más responsables con el fin de utilizar el marketing de influencers para hacer el bien. Echa un vistazo a las principales formas en las que sostienen la bandera de la sostenibilidad.

Una de las principales formas en las que los creadores están teniendo un impacto positivo en la sostenibilidad es utilizando su plataforma para educar a su comunidad sobre sostenibilidad, en gran medida a través de sus perfiles de moda en redes sociales. Para la mayoría de los consumidores de moda rápida, la sostenibilidad no ha estado en su radar hasta hace poco. Los influencers han iniciado la conversación sobre la sostenibilidad, consiguiendo que los consumidores se comprometan con este tema de una manera que no lo habían hecho antes. Además de servir de inspiración y mostrar a sus seguidores cómo comprar de forma más sostenible en sus perfiles de redes sociales, los creadores también plantean cuestiones más amplias y promueven eventos y campañas de recaudación de fondos que tienen un impacto positivo en la sostenibilidad del sector de la moda y la belleza. Al concienciar, los creadores animan a sus seguidores a tomar decisiones positivas y les informan sobre los problemas que se plantean.

Un gran ejemplo de ello es la bloguera de moda Chiara Ferragni que, en 2019, prohibió las botellas de agua de plástico desechables en la sede de su empresa, permitiendo así la reducción del uso de aproximadamente 3.500 botellas de plástico al año por parte de los empleados de The Blonde Salad.

Comprando ropa vintage y animando a otros a hacer lo mismo, es una de las formas más prácticas de apoyar la moda sostenible. Al promover lo vintage, los consumidores pueden detener el ciclo de la moda rápida reciclando prendas que ya han sido confeccionadas y usadas, disminuyendo así la demanda de fabricación de nueva moda de gama alta.

En lugar de tirar la ropa, las compras vintage animan a la gente a buscar joyas emocionantes que son nuevas para ellos pero que han sido pre-amadas. Comprar ropa usada no es sólo una forma de adquirir artículos, sino que se ha convertido en una especie de estilo de vida. Quienes se dedican a comprar ropa vintage se enorgullecen de sus sorprendentes hallazgos, y la búsqueda de fabulosas compras vintage se ha convertido en parte de la diversión.

Otra forma en la que los influencers influyen positivamente en la sostenibilidad es participando en intercambios de ropa. La idea es que la gente pueda intercambiar su ropa cuando se aburre de ella, en lugar de tirarla y contribuir al grave problema de los residuos que tiene actualmente la industria de la moda. Aunque esto no siempre resuelve el problema de la compra habitual de ropa de las marcas de moda, anima a la gente a regalar o intercambiar su ropa cuando se ha aburrido de ella.

Existen creadores que organizan sus propios intercambios de ropa o que informan a sus seguidores de los intercambios en los que van a participar. En el mundo de la moda, muchos seguidores en redes sociales habrán codiciado el armario de su creador favorito, ¡por lo que es obvio acudir a un intercambio de ropa en el que él/ella estará!

La slow fashion es exactamente lo contrario de la moda rápida, que es el término que se ha popularizado para describir la rápida circulación de artículos de moda. La slow fashion se diferencia en que los productos son de buena calidad, creados de forma sostenible y en entornos limpios, utilizando materiales de calidad y ofreciendo condiciones favorables a las personas que crean las prendas.

Muchos creadores de moda en Instagram optaron por compartir el viaje de sus prendas, desde el primer hilo que se cose hasta su post #OOTD, para mostrar el valor del viaje artístico que es la creación de ropa. También han optado por trabajar con marcas de slow fashion, en lugar de las que producen moda más rápida, y animan a sus seguidores a hacer lo mismo.

Un buen ejemplo de ello es Auguste, una marca que se produce éticamente en Indonesia y colabora con For The Planet, una organización internacional cuyos socios aportan al menos el 1% de sus ventas anuales a causas medioambientales y benéficas. Cada vez más creadores en las redes sociales eligen trabajar con Auguste por su misión sostenible.

Se puede pensar que la moda sostenible es más cara, lo que la hace menos accesible. Sin embargo, los productos sostenibles tienden a ser de mayor calidad, lo que significa que necesitarán ser reemplazados con menos frecuencia. Además, los intercambios de ropa y las tiendas vintage también permiten a los consumidores encontrar gangas de alta calidad, a la vez que envían su ropa más preciada a un nuevo hogar. Además, este sector ofrece tanto a los creadores como a los consumidores una forma perfecta de apoyar a las pequeñas empresas comprometidas con el comercio justo. ¿Qué más se puede pedir?